Nos hemos confabulado para crear en un momento, un espacio para los sueños, para la inspiración, para la vida… pues el bailarín vive en la escena, vive en la danza y vive en la mirada y el corazón de quien lo observa.
Hemos venido de distintos lugares, tenemos diversos modos de pensar y de ser, todos llenos de aprendizajes y de expectativas y, juntos coincidimos en este encuentro, en este nuevo inicio, en el que hemos comprendido que cada día es un aprendizaje más y que en la unión podemos encontrar la fortaleza.
Ésta es ahora la recta final, quedan pocos días para salir al escenario y deslumbrar al público con nuestro trabajo, comienza a emerger toda la emocionabilidad del momento: curiosidad, duda, temor, euforia, alegría pero finalmente hay algo que nos hace fuertes, que nos hace capaces de dejar el alma en las tablas, y eso es, la convicción de estar juntos, de ser un equipo, dirigido por un gran maestro y unido por un lazo fraternal: la verdadera amistad.
Diana Solarte.
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