Poesia del Alma para la Danza



Hola compañeros, en realidad es un placer poder actualizar este espacio gracias a la colaboración de los integrantes de nuestra compañía, en esta oportunidad compartiré un texto escrito por Alejandra Rivera, un texto. En realidad un escrito muy particular que estoy seguro que disfrutarán; hasta una próxima oportunidad.

El infinito se expande a todos lados, cierras los ojos y no estás a salvo; por eso nos hemos inventado la cotidianidad en un mundo acelerado, para olvidar vernos, para olvidar que existimos ver nuestra imagen reflejada, en espera de ir un poco más acá, un poco más allá, lugar de profunda soledad, profundo encuentro, donde el sostenerse es dejarse caer, aprender a volar sin temor al horizonte.

Seres múltiples abiertos, inhabitados, entre movimiento y quietud, tejiendo partituras cual fugas conectores con lo que existe, existió y está por existir.

Batallas con el alma, apertura del tiempo, lenguaje inacabado, renovado, infinito; canto milenario, cotidiano, cuerpo hablante, de los poros el tiempo, en sus formas la historia, el pensar, el sentir.

Leyendo el mundo más allá, más acá ente las entrañas y el brotar de las lágrimas refrescando la tierra; grito armónico, disonante, poema convulsivo parido en la multiplicidad de voces Danza.

Camino en la multitud, acento en el paso, cuerpo memoria, si supieras que nada se oculta, movimiento lenguaje del alma, permitirle expresarse, búsqueda constante como quien busca decirle a otro que lo ama o preguntarle al sol donde se ha ido en medio del frío.

Danzarines en tiempo de guerra, superficie progreso,

consumo danzarines sin tierra, polvo de los días

entre sueños presienten el abrazo de la libertad

entre cuerpos mutilados un brazo experimenta sus posibilidades

su multiplicidad al encarnar lo que intenta expresar

danzarines en búsqueda, caminantes del desierto

desentrañando la infinitud en cada nuevo día

Inmóvil, respirando, haciéndose liquido de llanto, tornándose viento de tanto

reír en silencio marchándose en palabras cual hojas en otoño

añorando el temperamento de un volcán tranquilo

propiciando la llegada de muchos otros a la escena cuerpo múltiple, cuerpo, cuerpos

no es sencillo permitirles salir

traslucir la piel, tornarla ingrávida, arcillosa

transgredir el límite de los sentidos abrazando la locura

y apartándose de ella como quien acostado observa las estrellas.