De regreso con las publicaciones de los integrantes del BAFU, esta oportunidad Camilo Montenegro, un estudiante de sociología nos comparte sus sentimientos por la danza.
No soy muy bueno para expresar lo que ciento, y mucho menos cuando vives una pasión que es tan indescriptible, pero que puede ser notorio al momento que dejas tus huellas en el escenario, cuando sientes la admiración de la gente que observa tus movimientos, de los aplausos, de las sonrisas, y mas que todo esa satisfacción que uno siente cuando el trabajo esta bien hecho.
Ya ha pasado mas de un año, donde confirme mi pasión por el arte, por la danza, por esa expresión que libera mi cuerpo al sentir la música, el compás, el ritmo con el que vivo cada función, donde entrego todo lo que puedo dar de mi, donde ese grado de satisfacción lo alcanzo cuando se, que lo que estoy haciendo es algo que nace, algo que sin necesidad de buscarlo lo encontré en mi.
No hay que dejar los sueños y las pasiones en ese lado del olvido, hay que cumplirlos, hay que saber vivirlos, y hay que aprovecharlos, cada segundo es único, cada expresión es inolvidable, cada suceso es irrepetible, y cada ovación reflejo de un trabajo admirable, seamos ese sueño cumplido.
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