Enrriqueciendo el Movimiento

Nuevamente es un placer poder actualizar este espacio antes de que termine el mes de enero, y obviamente gracias a todos ustedes nuestros seguidores que se interesan por nuestro trabajo. Para esta ocasión les compartiré la experiencia con el Taller de Danza Contemporánea, acompañado de fotos y un video que narra el proceso de este trabajo que duró 5 días, el cuerpo terminó molido, pero la experiencia valió la pena. Hasta la próxima.
Como bailarines activos dentro de una compañía de danza, es primordial para cada uno actualizar y descubrir las formas y los movimientos que están inmersos en la complicidad del cuerpo humano, por ésta razón, la semana anterior disfrutamos de las ventajas de una nueva manera para experimentar la rítmica corporal: la danza contemporánea. Un espacio novedoso para nosotros, en el que descubrimos el trabajo que se puede realizar teniendo contacto directo con el piso, ya que siempre hemos trabajado para crecer verticalmente, para estar arriba y trabajar una postura de pie, en esta oportunidad el trabajo era horizontal casi que en su totalidad y los movimientos eran acordes a este nuevo elemento que complementaba la danza. Gracias al apoyo de Francisco, un experto en danza contemporánea, logramos aprender un trabajo que complementaría nuestra formación dentro del ámbito en el que nos desarrollamos, no fue solo descubrir nuevos pasos para bailar, fue descubrir nuevas sensaciones y nuevas formas de aprender a llegar a la uniformidad en los movimientos.
Entre juegos y risas nerviosas se fueron conjugando parejamente los acordes corporales que iban siendo dibujados sobre la duela del Teatro Imperial, no podían ser perfectos, pues la mayoría teníamos una experiencia nula en este tipo de danza, pero sí eran sentidos por cada parte del cuerpo que debía entrar en acción para ejecutar una postura a seguir. Los golpes y las caídas no podían estar alejadas de esta experiencia, pero fue el proceso de aprendizaje el encargado de hacer que estos pequeños tropiezos no se conviertan en barreras irrompibles que troncaran nuestra búsqueda de sensaciones, la confianza en el compañero y la comunicación corporal entre todos hacían el pensar cada vez más en la familia que somos al llegar a un ensayo y no en el individuo que busca a prender.
Fueron cuatro días de trabajo y descubrimiento, una experiencia que vale la pena repetir. A Francisco y a todos los participantes gracias por acudir al llamado que se hiso para poder seguir disfrutando de las diferentes expresiones de la danza.



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