Experiencia. Según Diana Solarte.

Cada atardecer de un nuevo día se transforma en pretexto para construir una nueva escena de ésta inmensa obra, que se ha ido delineando hace algún tiempo entre la paredes confidentes de un salón de baile y la complicidad de almas diferentes y libres que a través de la danza buscan volar.

Nos hemos confabulado para crear en un momento, un espacio para los sueños, para la inspiración, para la vida… pues el bailarín vive en la escena, vive en la danza y vive en la mirada y el corazón de quien lo observa.

Hemos venido de distintos lugares, tenemos diversos modos de pensar y de ser, todos llenos de aprendizajes y de expectativas y, juntos coincidimos en este encuentro, en este nuevo inicio, en el que hemos comprendido que cada día es un aprendizaje más y que en la unión podemos encontrar la fortaleza.

Ésta es ahora la recta final, quedan pocos días para salir al escenario y deslumbrar al público con nuestro trabajo, comienza a emerger toda la emocionabilidad del momento: curiosidad, duda, temor, euforia, alegría pero finalmente hay algo que nos hace fuertes, que nos hace capaces de dejar el alma en las tablas, y eso es, la convicción de estar juntos, de ser un equipo, dirigido por un gran maestro y unido por un lazo fraternal: la verdadera amistad.

Diana Solarte.

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