GÉNESIS

Nueve meses después recuerdo que…. En los carteles de la udenar, en los conocidos y amigos amantes de la danza, en los rincones y corredores, estaba el mensaje de invitación a formar un nuevo grupo en la Universidad, un grupo que muy seguramente generaría muchas expectativas “El ballet Folclórico de la Universidad de Nariño”; de todos los convocados algunos desertaron pero otros continuamos enamorados de este gran sueño que compartió con nosotros el Maestro y Director Fabio Martínez. Así La tarea dio inicio, se conjugaba el arte, la danza, los cuerpos, los colores, la música, las emociones y las nuevas historias que desde ese día iniciarían a escribirse, nos adentrábamos en una novedosa travesía; sabíamos que la labor no era fácil, pero también sabíamos que unidos podríamos lograr muchas cosas, por eso quiero retomar apartes del diario de notas…

Marzo:
Algunos días en la universidad eran difíciles pues algunos iniciábamos clases y ocupaciones muy temprano y terminábamos almorzando una almojábana, una arepa, o una miloja, antes de llegar al ensayo en la noche, así retomábamos anergias para continuar por el objetivo que nos convocaba.

Junio:
Nuestro primer salón de ensayo fue un pequeño y antiguo salón, quien recibió todas nuestras expectativas y nuestras ganas, aunque sentíamos que necesitábamos un espacio más grande, adecuado para nuestras clases de ballet, y de folclor; así con ayuda de manos amigas, recibimos tiempo después nuestro salón de ensayo, era también antiguo, pero un poco más adecuado, con un piso, paredes, ventanas, y puertas algo descuidadas, pero que con un poco de pintura, lijas, agua y jabón, podríamos mejorar; inició la labor en horas extras de ensayo y de clases, con trabajo en equipo conseguimos un salón, con espejos, barras y dispuesto a ser cómplice de este sueño, además algunos ganamos unas cuantas gripas también.

Septiembre:
El salón estaba ordenado, listo y dispuesto, pero ahora era necesario prestarle atención al elenco, necesitábamos un uniforme adecuado para nuestros ensayos, pero los recursos económicos eran muy pocos, aunque los recursos humanos, las ganas y las ideas eran demasiadas, por ello pensamos en otros escenarios que necesitaban de un arte diferente; tocamos puertas y algunas se abrieron antes que otras, Productos Cárnicos la Sevilla, como gran apoyo nos brindo su ayuda, por esos días los rincones de la universidad se llenaron de sanduches y perros calientes, más adelante también obleas, gaseosas, y hasta “papa pastusa con ají de Dianita” , aprendimos de esa experiencia a organizar nuestro tiempo, a trabajar como amigos, y a hacer sanduches y perros calientes con la rapidez de las grandes empresas; así conseguimos nuestro primer uniforme, que estaría estampado con nuestro logo; era gratificante saber que nuestro trabajo arduo había dado muchos frutos…

Octubre:
Con las actividades realizadas, pudimos comprar algunos elementos para el espectáculo de lanzamiento, pero aun nos faltaban más cosas, por eso decididos incursionar en el mundo de los negocios aunque fuese por una noche, solicitamos la ayuda de Mestizo Peña Bar, en donde realizamos un encuentro de danza y cultura, con los infaltables invitados “la guayusa”, “los hervidos”, “La salchicriolla”, la noche, la danza y quienes nos apoyan siempre… los amigos, en una noche grandiosa. Así hasta que la historia decida el final, continuamos trabajando como familia, como amigos, como elenco comprometidos con la danza, con la udenar y con nuestros sueños.

Mery Stefhania Torres Hernández.

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