Hace mucho tiempo he recibido algunos comentarios sobre el trabajo que realiza el colectivo coreográfico integrado por el Ballet Folclórico Universidad de Nariño y
Año tras año me pregunto el por qué las agrupaciones de Danza de Pasto y Nariño en general exploran y proyectan solo danza Latinoamericana y por qué no se van a nuestro interior; tenemos mucho para explorar pero nadie se atreve o son muy pocos quienes lo hacen, la invitación es encontrar en nuestras tradiciones el espacio que evoque, para que a través de la danza se recreen y se pongan en escena estas vivencias.
Después de visitar el Municipio de Funes y dialogar con los compañeros Héctor y Edgardo personajes reconocidos por su trabajo con las Mojigangas de Funes ya conocedores de la idea que paso por mi mente de hacer un homenaje al pueblo de Funes quienes argumentaron sentirse contentos por la propuesta; tras leer algunos textos sobre esta tradición fueron apareciendo en mis fantasías y en mi inspiración la posibilidad de extraer el personaje, “UN HOMBRE VESTIDO DE MUJER” haciendo relación a la historia; no busco expresar la danza tradicional ni el ritual que realiza la excelente agrupación que hoy la conforma, simplemente busco recrear a un personaje que es el que inspira y se ve en nuestro colectivo.
El traje está hecho para el carnaval dentro de la propuesta se involucra la máscara, un elemento que ayuda a los bailarines a apropiarse e interpretar el personaje, teniendo en cuenta que los rostros (mascara) tienen características particulares no sólo desde su construcción, sino también como cada uno de los bailarines le da el toque con sus manos en el acabado, pinturas, escarcha y detalles que le dan vitalidad y armonía a este elemento, de igual manera la blusa, el follado, la enagua y el sombrero son aditamentos que lo único que buscan es complementar la idea que está hecha para este carnaval, afortunadamente dentro de mi trabajo nunca he dicho que soy un investigador o que las propuestas son INVESTIGADAS lo único que hago es construir obras con aquellos escritos y documentos de autores que investigan y lo dejan olvidado en una biblioteca, leer y recrear es trasformar, es trasportar a la realidad todos esos textos , es darle rienda suelta a la imaginación para aportarle al carnaval . Trasformar un libro en danza, movimiento y color es mi compromiso y mi fortaleza con el arte y la cultura, no sé si para bien pero queda la satisfacción que mis trabajos han logrado despertar en el publico una nueva mirada hacia la expresión de cuerpo y otra manera de interpretar la danza. Hoy las mojigangas de Funes fueron nuestra inspiración y hemos sido embajadores de que esta es nuestra propuesta, 150 personas en su mayoría jóvenes amantes de la danza que hacen posible la ejecución de un proyecto presentado a Corpocarnaval; no una danza tradicional ni una réplica de la tradición del municipio de Funes, espectáculo que posiblemente en algunos años solo quedara el recuerdo de cada uno de mis bailarines y los espectadores que en cada calle por donde pasamos participo y fue conquistado por los ojos hechizantes de una máscara de mujer vestida del verde de todos los colores con piernas de hombre y que hay una fiesta y un pueblo donde se bailan bambucos y sanjuanes con un palo de cinta interpretado por las verdaderas mojigangas de Funes.
Antes de Terminar. Aunque nuestra Universidad tenga muchos antropólogos es importante reconocer que las miradas son diferentes y como bien lo dicen la antropología es “una ciencia integradora que estudia al hombre en el marco de la sociedad y cultura a las que pertenece; y, al mismo tiempo, como producto de éstas. Se la puede definir como la ciencia que se ocupa de estudiar el origen y desarrollo de toda la gama de la variabilidad humana y los modos de comportamiento sociales a través del tiempo y el espacio, es decir, del proceso biosocial de la existencia de la especie humana”1.
La danza recrea y transforma el pensamiento de quienes la practican abre espacios y es aquello que no está escrito, los cuerpos hablan realmente los cuerpos se sienten.
Desde las comunidades humanas primitivas la danza se ha constituido en una forma de desahogar las emociones, las inquietudes espirituales, las actividades laborales y sociales, convirtiéndose así en un canal de comunicación con el mundo exterior, pero también una manera de entablar un diálogo íntimo con el mundo interior, ya que antes que un espectáculo la danza, y en particular la danza en el carnaval es un movimiento profundo que nace en lo intimo del Ser.
Los bailarines además de cabeza tenemos cuerpo, piel y corazón orgullosos de transportar las tablas, los ritmos y danzas de nuestros pueblos
Hoy no somos campesinos, somos seres humanos que nos hemos visto transformados por la academia, todas las propuestas de danza no son ni deben ser tradicionales, existen múltiples formas de proyectar la danza y son la escuela y el espectador los que exigen nuevas dinámicas de poner en la escena y el proyectar la danza.
“ZAPATERO A SU ZAPATO”
1 Antropología. Wikipedia, la enciclopedia libre. Disponible en internet
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